lunes, diciembre 11, 2006

Peniley Ramírez: Correo de Voz


Correo de voz
Peniley Ramírez

No es común que un solo poema lleve alguna nota adicional. Este tipo de anexos los hallamos, por ejemplo, en Muerte sin fin de Gorostiza (un poema ciertamente largo); en muchos de Borges, y acaso notas al final, en el Árbol adentro de Octavio Paz. Éste, de Peniley Ramírez, amerita destacar la simbiosis que existe entre el epígrafe (uno verso de Sylvia Palth) y el poema en sí. Se habla aquí de encarnación entre uno y otro textos; de un injerto existencial: más que de pretexto para colgar de ahí el cuerpo del poema, se trata de mirarse en esa perfección espantosa para, sí --desdecir a Plath-- y demostrar que la perfección puede parir los hijos que quiera: Correo de voz es la demostración de uno de esos engendros. Para ello, Peniley se anuda (con un alambre duro y oxidado), no tanto a la poesía visual de Plath (la que el lector ve, juzga y avienta por la ventana), sino un hacerse carne, hueso, mente, inteligencia y dolor, con Sylvia. Correo de voz es una forma de agradecimiento de la autora a quien la precedió en eso de ver la vida con un silencio de almas atónitas. (I.G.)



Correo de voz

La perfección es espantosa:
no puede tener hijos

Sylvia Plath


El correo alterno enciende una vela,
-cera desparramada sobre el cristal-
ubico mi sueño con pulcritud de hormiga.

Voces de palomas galopan (en un pequeño centellear de párpados)
voces de palomas: el gran hueco. Eco de mi risa deshidratada.

El correo viene en bicicleta, adorna mi casa
abandonada estela lúgubre
donde
un hombre deshabitado vino a reencontrarme.
Camina a tientas y voltea.

¡El correo! El correo lo devolverá afuera
afuera el precipicio, el día, el aire libre
es afuera el lugar de los descansos
el oxígeno avasallante, esa pretensión de vida.

La tarde abre su hoyo negro, mete árboles, animales, gestos.
El correo en bicicleta, vela en mano, oscurece
la calle con un grito lacerante.

Caigo abierta, a tropezones,
caigo líquida por la reja de la alcantarilla.

Él escucha, escucha y ríe,
ha sido salvado.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Caigo abierta, a tropezones.

José Roberto Pulido

5:33 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Caigo abierta, a tropezones.

José Roberto Pulido

5:33 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

El escucha y ríe, ha sido salvado

(by himself)

ana

12:51 p.m.  

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