lunes, diciembre 25, 2006

Jaime G. Velázquez: Sobre Pamuk

Grandeza relativa de los invasores

Jaime G. Velázquez


Orhan Pamuk, arquitecto y periodista turco, tuvo la suerte de llevarse un Premio literario (1) que promueve un país del norte de Europa que ignora todos los años a decenas de escritores de todo el mundo, que abre el mercado de los “éxitos” a solo uno cada año. En 2003, Pamuk dio a conocer en su lengua su más reciente libro, Estambul, una mezcla de biografía (tiene 54 años) y guía turística. Gracias al Premio, este libro estaba en Veracruz ya en diciembre, impreso de urgencia en noviembre.

El editor, Mondadori, no es amplio en su presentación de Pamuk y uno tiene que buscar en algún lado la sinceridad del caso: si no fuera por el Premio que lo recomienda, ¡compraríamos un libro sobre Estambul escrito por un turco!

El libro venía envuelto en un plástico protector, así que fue una sorpresa encontrar un formidable álbum de fotografías de aquella ciudad, aunque un tanto oscuras, no sé si debido al papel o a los originales.

Los recuerdos de Pamuk abarcan los últimos años del siglo XX. Sin embargo, con enfadosa reiteración, el autor insiste en la desgracia que le sobrevino a la ciudad con la caída del imperio otomano. Pamuk recuerda a Nabokov y, por tanto, a la caída de otro imperio, el ruso. Esto me llevó a pensar en los escritores mexicanos que se han interesado en rescatar los siglos coloniales de México, los que terminaron hace casi dos siglos.

Hay algunas páginas de Pamuk que me hicieron recordar además el abandono y deterioro de ciudades y pueblos mexicanos, las construcciones de tiempos de la colonia, primero, y de tiempos de la revolución, después. Sería increíble decir que a la partida de España los mexicanos no pudimos hacer nada por nuestro país, viviendo entre ruinas y levantando muy lentamente construcciones nuevas. Igual pasó después de la ida de Porfirio.

Pero al llegar al capítulo X se abrió un abismo entre Pamuk y yo. De hecho me recordó a Octavio Paz y sus curiosos intentos de meter al gato mexicano de los tres pies en un solo libro.
La esencia de Estambul, y puede ser que la de toda Turquía, según Pamuk, es la amargura. Todos los turcos son unos amargados.

No me es posible aclarar con detalle el gran error de Pamuk, así que sólo diré algo del desagrado profundo que causan este tipo de escritores, orientales occidentalizados sin remedio.
El amor que siente Pamuk por los autores occidentales, los de siempre, digamos franceses y no finlandeses (¿vivirán amargados?) del siglo XIX, lo llevan a hacer una lectura muy parcial e incompleta de Estambul. A Pamuk le hace falta tomar más cursos, pero no en Iowa y Columbia, sino en el centro de su mundo oriental. Pamuk se fascina con los escritores occidentales que han escrito sobre Estambul. No le preocupa saber y decir qué hacían esas personas allí. En cierto capítulo se detiene en la contemplación de la obra plástica de un alemán de sangre italiana y francesa, Antoine-Ignace Melling, nacido en 1763. Y no se preocupa por responder qué buscaba ese artista allí, en esos años muy anteriores al auge del turismo.

Cuando pienso en los emigrantes turcos buscando trabajo en Alemania en los años recientes, con pesadillas a causa de los cabezas rapadas, neonazis, que no toleran a la gente de piel quemada, creo que Pamuk sabe muchas cosas que se guarda y que a propósito no menciona. Igual que hacía Octavio Paz en México, cuidando su carrera literaria, ganando premios.

No creo que los turcos estén amargados porque se hundió el imperio otomano. Tampoco podemos decir que los mexicanos nos deprimimos con la caída de Porfirio Díaz, aunque algunos deben haberse visto afectados. Lo que no destaca Pamuk es que ciertos países ricos no permiten que los turcos puedan ponerse a trabajar en un mundo diferente, donde sus escritores no tengan que irse a Iowa o Columbia para regresar a Estambul más o menos amargados, como parece ser el caso particular de Pamuk. No creo que los turcos actuales, sombríos como los ve Pamuk, estén amargados, están sin empleo, sin posibilidad de hacer negocios, sin dinero para levantar una nueva ciudad.

Todo lo criticable que sabemos de Paz podemos colocarlo sobre los hombros de Pamuk, lo cual resulta un honor dudoso para ambos, inquilinos orgullosos del occidente cristiano. Un escritor de oriente que elogia a Occidente es un traidor, como un escritor del sur que elogia al Norte es un traidor. Esto revela que los puntos cardinales no son buenos para decir cosas como: “me falta Occidente para ser un mejor ser humano”. Tendríamos que ser más claros: en México quien elogia a Estados Unidos es un traidor. En Turquía, quien elogia a Alemania es un traidor. Pamuk, al embelesarse con Poe, al ingresar a una universidad de Iowa, se brinca la realidad del Estados Unidos de Bush y de otros presidentes pillos que ha tenido ese país, como los que ordenaron las invasiones de México.

(1) El autor de refiere al Nobel de Literatura, 2006 (Nota del Editor)

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola Jaime:

Siempre estamos escuchando a los criticos decir que solo escriben sobre los libros que les gustan. Y siempre como lectores pensamos que los libros que compramos tienen que gustarnos (si no para que los compramos, pensaria alguien). Ta buena la reseña y Marisol conoce mejor que yo una antologia de poesia finlandesa altamente recomendable. Y otra amiga hacia enfasis en que nuestro recuerdo o referencia cultural mas lejana eran los griegos. Somos muy poco orientales, ¿no es Veracruz un puerto de oriente? te mando un abrazo y mi admiracion y cariño de siemrpe, Juan

PD. A la Compu donde estoy no le hallo el acento.

2:04 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Jaime: Se me hizo interesante tu articulo sobre el reciente premio Nobel, aunque es una lastima que su vision sea la de un desarraigado cultural. Tuve iportunidad de leer algo suyo en la jornada y no encontre nada sobresaliente, salvo que es un pobrecito turco que ha sufrido. No cabe duda, este premio en lo referente a la literatura se ha devaluado. Solo falta que el proximo año se Paulo Cohelo.

Jose Luis

(La maquina de mi hija tiene virus y por lo mismo los acentos fallan ´´´´´´´´´´´´

9:40 a.m.  

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