Saramago: Un México confuso
México no vive una transición,
está en confusión: Saramago
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Guadalajara, Jal., 26 de noviembre. México, más que un proceso de transición, vive un momento de confusión. El tiempo de la protesta terminó y aunque el nuevo gobierno va a dar motivos para salir a la calle, éste no es el momento. Ahora es el turno de la política, pero de una política muy conciente, muy seria que pase por encima de intereses personales o de orgullos heridos, ahora lo que interesa es el pueblo mexicano, afirma el escritor portugués José Saramago en entrevista exclusiva con La Jornada.
"No sé si podemos llamar a éste un periodo de transición. Me parece más bien un periodo de confusión total. Hay muchas confusiones. Creo que el tiempo de la protesta terminó. No voy ahora a discutir si a (Andrés Manuel) López Obrador le robaron o no las elecciones, no he sido fiscal de los votos, no los he contado, por lo tanto sobre eso no tengo opinión", expresa el autor de Tierra de pecado, quien asiste a la Feria del Libro de Guadalajara como invitado en varias conferencias y para presentar su libro Las intermitencias de la muerte.
"Se dice que sí, que López Obrador había ganado; se dice que no, que no había ganado. La protesta que siguió a todo eso creo que es legítima, natural, pero también digo que me parece que el tiempo de la protesta terminó, ahora es el turno de la política. En el Congreso hay suficientes diputados, más que suficientes, para una oposición fuerte. No es que no haya una izquierda en México, pero hay una izquierda dividida, polarizada, en algunos casos enfrentada y por ese camino no se llega a ninguna parte.
"No voy a decir lo que tiene que hacer, pero si yo estuviera en el lugar de López Obrador intentaría, por lo menos, organizar la izquierda en México, aglutinarla, buscar un consenso de izquierda y para eso tiene seis años, nada más, nada menos, y preparar la victoria para 2012. Eso es a mi parecer lo que debería hacer y yo me disculpo por decir lo que no debería decir, lo digo como lo pienso y como lo siento.
"Durante varios años López Obrador fue el foco de atención de la izquierda en México. Al mirar a este país desde el exterior, cuando pensábamos en la izquierda mexicana, quien la representaba era él.
"No sé si ganó o no: perdió y el próximo primero de diciembre México tendrá un presidente. Yo no me llamaría a mí mismo presidente legítimo si he perdido las elecciones; creo que él debe pensar, sentarse a pensar sobre todo en México, no en sí mismo, situaciones como esas no son gran cosa, lo que importa es lo que es más grande que nosotros.
"Lo que es más importante que los López Obrador o los Calderón del mundo es México. México en sus problemas, sus miserias, su hambre, su tristeza que busca compensar con todas las (canciones) rancheras y las alegrías, todo eso que son ustedes.
"En este momento lo que este país necesita es que alguien se pare a pensar en el futuro y el destino de México. Movilizar la izquierda, organizarla para ganar las elecciones de 2012. Esa sería la tarea que pienso que debe hacer López Obrador, quien pienso que tiene calidades políticas más que suficientes para ello, pero que me parece que ha perdido un poco la cabeza en todo este lío, en este proceso y todo eso. Es hora de recuperar la sangre fía y una vez más pensar en México.
"De todos modos no van a faltar motivos para volver a la calle. No quiero decir que López Obrador se encierre en su casa, en su espacio, y que desde ahí trabaje para organizar la izquierda. Pero como este gobierno va a dar a los mexicanos motivos de protesta, no faltarán motivos para volver a la calle, pero no en este momento. Ahora es el turno de la política pero de una política muy consciente, muy seria que pase por encima de intereses personales, o de orgullos heridos. Ahora lo que interesa es el pueblo mexicano."
Saramago, premio Nobel de Literatura 1998, tiene durante esta semana varias actividades en la FIL tapatía, entre ellas la conferencia Un portugués en Andalucía y el diálogo El escritor como referente político en el que compartirá la mesa con la también premio Nobel la escritora sudafricana Nadine Gordimer, y los autores Elena Poniatowska y Tomás Eloy Martínez.
El miércoles, en el Teatro Diana, al lado del actor Gael García Bernal, se realizará una lectura a dos voces de Las intermitencias de la muerte.
Al respecto, el escritor y poeta, dijo "tengo que participar en la lectura, lo cual no voy a decir que me encanta . No voy a interpretar nada, por lo tanto espero que todo salga bien". Saramago es uno de los favoritos dentro del encuentro libresco, los auditorios en los que se presenta siempre se llenan y, la verdad, dice, "es que nunca imaginé este éxito" que le ha dado experiencias como la de recibir el Nobel pero sobre todo aquellas como lo que ocurrió durante la presentación de Las pequeñas memorias en Azinhaga, hace unos meses.
"Fui a mi pueblo, en el que nacía hace una cantidad de años, a presentar ese pequeño libro de memorias, el pueblo tiene 2 mil habitantes, y en la presentación estaban al menos mil 500. Había casas que quedaron sin gente. La idea de presentar un libro de un hombre ya mayor, de 84 años, que había vivido en ese pueblo hace 70 y muchos años, que vivió ahí con sus abuelos y sus padres, pero sobre todo con sus abuelos, que andaba sin zapatos."
Tal vez son cosas que se podrían olvidar, añade, "pero en mi caso no olvidar ha sido algo natural en mí. No he querido ni recordar ni olvidar, el pasado es pasado pero se mantuvo intacto en mi cabeza, en mi memoria, y por lo tanto regresar al pueblo (que lo hice una gran cantidad de veces) pero en esta circunstancia y con mil 500 vecinos, algunos de ellos que no saben ni leer, con muchos chicos corriendo de un lugar a otro, la banda filarmónica y el grupo folclórico bailando, el hecho de que las mujeres limpiaron y encalaron una gran nave industrial e hicieron la comida para mil 500 personas.
"Yo creo que haber ganado el Premio Nobel es importantísimo pero presentarme ante mi gente, haber vivido esto sobre todo a esta altura de la vida que ya no podrá ser muy larga pero llevo este recuerdo. Si me preguntan, '¿quién ha sido usted?', tengo respuesta y está en ese libro. Entre esos que yo he sido y este que soy la diferencia en el fondo es que he vivido experiencias, conocimiento, quizá sabiduría, me he enamorado, me he desenamorado, todo lo que nos ocurre a cada uno de nosotros, pero lo que es cierto es que no hubo una ruptura de aquí se acabó el niño y comenzó el adolescente y aquí el adulto. Es cierto que he ido cambiando como todos cambiamos, pero es una línea constante, no hay interrupciones. Yo soy aquel y aquel soy yo.
"Soy alguien que ha trabajado, que no ha tenido nunca ambiciones aunque esto puede sonar falso, nunca he tenido ambiciones, nunca he dicho 'voy a hacer esto para llegar a aquello', y cuando lo obtenga voy a dar un paso más para llegar a un final. No, yo he vivido mis días con lo que tenía que hacer. Creo que he tenido suerte, porque la gente me ha descubierto cuando yo había hecho algo que merecía la pena, pero podría ocurrir que yo hubiera hecho eso y que la gente no lo hubiera visto."
Habla de la suerte, pero no la que hace a alguien ganar la lotería, "sino la suerte de escribir algo como Memorial del convento y tener la suerte de que los lectores y editores descubran el libro, porque hay libros magníficos que quedan en la sombra, y si no hay una luz que los ilumine para que la gente se dé cuenta de que existe, puede ocurrir que un escritor que merecía otro futuro se quede ahí con un gran libro que la gente no reconoció. Yo he tenido la suerte contraria".
Este domingo, durante una conferencia de prensa, Saramago y Carlos Castillo del Pino hablaron de su relación con Andalucía y el exilio. Ambos participaron en el homenaje al poeta andaluz Francisco Ayala.
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